martes, 29 de julio de 2008

iniciacion

Desde pequeño me han seducido de forma especial las situaciones de sumisión y dominación. Las películas de la antigüedad, romanos, griegos, egipcios, me gustaban mucho por sus escenas de amos, esclavos, torturas. También las escenas de violaciones me han excitado mucho, aunque yo sea una persona incapaz de hacer daño a nadie.
Las escenas de violaciones de la Naranja Mecánica son unas de mis preferidas y cuando vi Historia de O tuve que salir al baño a masturbarme. Posteriormente leí el libro, que también me agrado mucho junto con Justine del Marqués de Sade. Dos lecturas que recomiendo a todo amante del bdsm.

Nunca llegué a realizar ninguna de mis fantasías hasta hace ahora aproximadamente dos años. Durante mucho tiempo estuve intercambiando e-mails interminables con gente que al final nunca me decidía a conocer hasta que entablé contacto con un hombre que me propuso una sesión de “prueba” en la cual vería si yo tenía condición de esclavo o no. Debo de decir que en los meses de verano mi libido se dispara y el deseo puede a todas las trabas, indecisiones, miedos, reparos, complejos e impedimentos sociales que normalmente me acompañan.
Quedamos una mañana en la salida del metro de Legazpi en Madrid y después de reconocerle por unos datos que me había dado, me presenté. Era unos años mayor que yo, que en ese momento tenía 41, pero encajaba en el concepto de amo que yo tenía. Debo de aclarar que excepto los escarceos propios de la adolescencia con algún amigo, nunca había tenido experiencias homosexuales, aunque siempre me he considerado un tanto bisexual. El hecho de no ser homosexual y someterme a un AMO ampliaba mi sentimiento de sumisión muy satisfactoriamente. La única condición que puse, en cuanto a sexo, fue que en esta sesión de prueba no fuera sodomizado.

Yo también debí encajar en las expectativas que él tenía de esclavo porque, después de un ligero reconocimiento, me llevó a un piso que tenía en la zona. Durante el trayecto me estuvo preguntando si tenía algún impedimento físico o lesión que me impidiera realizar alguna práctica y que iba a vivir una experiencia morbosa sin mayores complicaciones, siempre en un tono amigable de igual a igual.

Al cabo de un rato andando, entramos en un portal de una casa antigua, la zona es bastante antigua, y subimos en el ascensor a un tercer piso. Abrió la puerta con llave y una vez que pasamos al interior la cerró con todas las cerraduras y me dijo:
-A partir de aquí comienza tu adiestramiento. No me mirarás a los ojos y me hablarás sólo cuando te pregunte, terminando tu respuesta con la palabra AMO.
¿Has entendido, esclavo? – me gritó agarrándome del pelo y echando mi cabeza hacia atrás.
-Sí – respondí.
-¿Sí, qué? estúpido – gritó de nuevo.
-Sí AMO – contesté.
Y como mi cabeza estaba echada hacia atrás y le miraba a los ojos me dijo: -Imbécil, ¿no te he dicho que no me mires a los ojos?. Echando mi cabeza hacia delante me arrastró hasta la primera habitación y me ordenó:
-¡Desnúdate menos los slips y espera a que te llame!. (El día que concretamos la cita por teléfono me advirtió que usara slips y no otro tipo de ropa interior como bóxer, supongo que le gustaría así.) Me desnudé en una habitación muy en penumbra que daba a un patio interior, amueblada, como el resto de la casa, de muebles antiguos.

En la habitación había un armario, una silla, donde deposité mi ropa, una mesilla y una cama que, curiosamente, tenía encima de la colcha, en la mitad más o menos, un cojín tapado con varias toallas lo cual recordaba a una especie de montañita. Al rato sonó la voz del AMO detrás de la puerta:
-¡Esclavo, sal de la habitación!.
Salí, ya con la cabeza gacha, mirando al suelo, pero pude observar que él estaba con una túnica negra y una máscara. Al salir de la habitación me colocó un collar con una cadena y tirando del me dijo:
-Esclavo, tu AMO va a bañarte, como el animal sucio adquirido en el mercado que eres. Me arrastró al cuarto de baño y me ordenó que me quitará el slip y me metiera en la ducha.

Mi excitación iba en aumento al sentirme desnudo delante de otra persona y tratado, por fin, como un esclavo. Mi pene ya estaba duro cuando el AMO comenzó a bañarme (recordaba cuando en los picaderos bañan a los caballos, él lo hacía de la misma manera echándome agua por la espalda). Una vez consideró que su animal estaba limpio me ordenó salir y me secó. Mi pene ya estaba a punto de explotar pero él parecía no darle mayor importancia.
-Termina de secarte, esclavo y cuando termines avísame – dijo abandonando el cuarto de baño con pinta de enfado.
-Sí AMO, contesté.

Cuando termine de secarme dije:
-AMO, ya he terminado.
-Bien – respondió – sal del baño y ven al salón.

Salí del baño y recorrí un pequeño pasillo hasta llegar al salón. El salón estaba decorado con muebles antiguos, un tanto decadentes. El AMO estaba sentado en un sillón y levantándose la túnica me mostró su polla enfundada en un preservativo a la vez que ordenaba: -¡Esclavo!, arrodíllate y mama la polla de tu AMO. Cumplí las órdenes que se me daban y comencé a chupar la verga no con mucha pericia ya que al poco dijo:
-No tienes ni puta idea de chupar la polla. ¡Vaya compra que hice!.
Ven – dijo poniéndome en pie – vamos a ver que tal te portas.

De un cajón saco unos grilletes que una vez acoplados a mis muñecas fueron enganchados en unos mosquetones que llevaba mi collar, quedando de esta forma totalmente indefenso. Entonces comenzó a sobarme por todo mi cuerpo de forma lasciva a la vez que lo recorría con un vibrador. Para más indefensión me inclinó sobre una especie de potro que hacía que mi culo se ofreciera de forma insultante y colocó la correa, que colgaba de mi collar, a una anilla que se encontraba enfrente de mí. A continuación me sujetó los tobillos, separados, con cinta de persiana, a ambas patas del potro. Yo ya no podía más y estaba a punto de correrme. El AMO comenzó a tocarme el culo y pude observar como se colocaba un guante y se untaba vaselina, tanto en los dedos como la aplicaba a mi agujero. En ese momento sonó el timbre de la puerta. Creí morirme. Pensé que era una encerrona.

Ahora vendrán otros y a saber que harán conmigo, supuse y exclamé:
-¡Oh, no!. El AMO contestó:
-Cállate – dijo y no se movió -.
Era una equivocación, pero a mí me supuso un miedo terrible que hizo que eyaculara sin remedio. Al cabo de un instante el AMO prosiguió dilatándome el culo hasta que comenzó a introducir su polla a lo cual exclamé:
-AMO, habíamos pactado que no me penetrarías.
-Estúpido, esto no es una penetración, es sólo una prueba de dilatación. Ya sabrás lo que es una penetración cuando llegue el momento y ahora vas a ser castigado por haberme interrumpido.

Desapareció en una habitación y volvió con una especie de fusta que empezó a golpearla contra mi trasero. Mientras me castigaba me decía: -Puto esclavo, vas a probar la fusta de tu AMO. Al principio me escocía un poco, pero al cuarto azote empecé a disfrutar y cada fustazo, que no eran muy fuertes, hacía que mi polla se pusiera otra vez en erección. Al décimo azote paró y soltándome volvió a colocarme de rodillas para comenzar de nuevo una felación al tiempo que decía:
-Esclavo, esmérate con mi polla o conocerás un castigo peor al de la fusta. Hice lo que pude pero al rato dijo:
-No hay manera contigo. – y volvió a colocarme en el potro.
Otra vez comenzó con la vaselina e introdujo el vibrador tres o cuatro centímetros en mi culo. Ya no dije nada. Mientras el vibrador me volvía loco volví a correrme y cuando estaba en pleno orgasmo sentí como me abrasaba la espalda y grité con todas mis fuerzas. El AMO me estaba aplicando cera con una vela en la espalda y fue más la sorpresa que realmente el dolor que producía lo que me hizo gritar.
-Vaya, vaya, conque grititos –dijo- Ahora verás.

Y poniéndose delante de mí me introdujo su polla en mi boca mientras seguía volcando cera de la vela en mi espalda. Yo ya no sabía de donde sacaba fuerzas pero mi polla estaba otra vez dura como una piedra. Violado por detrás por un vibrador, por delante por el AMO y la cera en mi espalda, todo esto en una completa inmovilización. No duró mucho. Me soltó y me llevó a la habitación en donde me había desnudado y me hizo tumbar en la cama. Ahora sabía para que era el cojín. Mi culo quedaba otra vez expuesto para ser usado por el AMO. Los grilletes fueron sujetados a dos cadenas del cabecero y los tobillos llevaron el mismo camino. Ya está pensé, ahora me violará.

En efecto, el AMO se puso de rodillas detrás de mí y comenzó a meterme su polla, siempre enfundada en el preservativo, mientras decía: -Esclavo, vas a ser follado por tu AMO. ¿Alguna objeción?. -Ninguna AMO - respondí – puedes hacer de mí lo que quieras. El AMO comenzó a follarme pero no metía más que lo que había hecho con el vibrador, tres o cuatro centímetros. Yo ya estaba loco, atado a una cama y siendo “violado” (o no tan violado) y comencé a mover el culo. -Muy bien esclavo, muy bien – decía el AMO – sigue así. Y en ese momento se corrió con gran estruendo, pero eso sí, sin terminar de penetrarme. Yo hice lo mismo y terminé exhausto, encima de la cama, atado de pies y manos, quedándome dormido. No puedo decir el tiempo que estuve dormido pero cuando desperté me encontraba en la misma posición y las muñecas me dolían un poco.

-¡AMO!– llamé.

Pero no obtuve respuesta alguna. Otra vez el miedo me inundó. Me dejaría abandonado el tiempo que quisiera, tal vez horas o días. Una fusta recorriendo mi espalda hasta el culo y apoyándose en él, me volvió a la realidad. Abrí los ojos y me encontré al AMO sentado a la cabecera de la cama mirándome fijamente. Con la fusta me levantó la barbilla.
-¿Has disfrutado esclavo? – dijo. -Sí, AMO, mucho – respondí.- ¿Pero por qué no me penetraste? – pregunté. -¿Acaso no habíamos pactado no hacerlo?.

Un AMO siempre debe de tener el control de la situación. Si lo hubiera hecho tal vez ahora estarías resentido, de esta forma confías en tu AMO y deseas que te folle. Pero eso será en otra ocasión. Me desató y me dijo que me duchara. Cuando termine me vestí y él ya estaba esperándome en el recibidor. -Bueno, aquí termina tu primera sesión de adiestramiento. Espero que hayas encontrado lo que buscabas.
Salimos a la calle como si tal cosa, nos separamos y nunca más he vuelto a verle.
Esta experiencia la recuerdo con agrado y me masturbo a menudo pensando en ella. He contactado por e-mail con algún AMO, pero ya no he experimentado sesión alguna.

nuevas experiencias

Antes de nada deciros que este relato es uno más de tantos que la gente pone aquí
Un día después de llegar de la universidad el típico día asqueroso en el que todo sale mal
Llegue a casa por un lado iba súper mosqueado por todo me había peleado hasta con mi sombra y por otro lado llevaba un calentón del 15.

No sabía si tirar por irme a ver la tele o encender el pc y pasar el rato un poco.
Opté por entrar en el chat un rato mas que nada para ver que se decía que gente estaba en ese momento en el chat conectada, sin buscarlo me abrió un privado un chaval de 19 años nos pusimos hablar tratamos varios temas y claro como no salió el tema sexo.
El por lo que me decía estaba bastante caliente yo para que contar claro y al final terminamos quedando para irnos al monte en el coche a echar un polvo sin complicaciones.
Tengo que decir que yo en el coche siempre llevo algo de materia no mucho pero nunca me faltan pinzas velas cuerda algunas cosillas (hay que ir preparado)
No era el caso por que habíamos quedado para echar un polvo nada más.
Ya cuando llegamos donde habíamos quedado entró en el coche y nos pusimos hablar un rato antes de ponernos en marcha y dirigirnos al monte.

Yo me quede un poco perplejo cuando el chaval de buenas a primeras me va soltando que a el le mola el morbo que siempre a fantaseado con eso de ser sumiso por que para dar el paso a esclavo decía que no se veía preparado pero que sumiso y obedecer y eso pues que le daba morbo.
Yo lógicamente le seguí la corriente le dije que a mi también me gustaba ese mundo y que hombre que si quería se podía probar y tal.
El un poco tembloroso mas bien de nervios que de miedo dijo balbuceando que le gustaría que si.
Yo le explique que estas cosas hay que hacerlas bien por que a medias es una mierda o se hacen bien o no se hacen que si estaba dispuesto a obedecer desde ese instante pues bien, a lo que el contesto que si que estaba de acuerdo.

Arrancamos fuimos al lado a una zona de obras donde no pasa nadie, pare el coche y le dije que bajara, el se bajo rapidito fuimos a la parte de atrás del coche abrí el maletero y le dije:
Ahora entra en el maletero que es donde van los bultos en los asientos van las personas así vas acostumbrándote y vas viendo que esto no es un juego y si lo es las reglas las marco yo.
Una vez metido en el maletero nos fuimos para el monte a la zona que mas o menos todos sabemos siempre que podemos ir hacer algo de esto.
Una vez allí le mande salir el chico iba un poco mareado así que opte por dejarle un rato que le diese el aire para que se refrescara.
Cuando lo creí oportuno le llame para que se acercara le pregunte si se encontraba mejor, respondió que si y le explique a partir de ahora empieza el juego como tu lo llamas pero ni se te ocurra decir una frase sin acabarla con la palabra señor o amo, cada vez que hagas eso y no digas o señor o amo te llevaras una severa bofetada en la cara así iras aprendiendo mejor.

¿De acuerdo? “si” contestó y bofetada que se llevó
Lo primero que vas hacer es desnudarte por que yo no he visto que los perros vayan vestidos
Si señor (se desnudo rápido) y como estaba el cabrón madre mía
Niñato fibradito no mucho alto sin vello solo tenia vello en sus partes estaba para comérselo
Le acerque a un árbol le ate bien y empezamos su juego como el lo llamaba.
Empecé por observarle sobarle bien lo que es inspeccionarlo bien pero mis ojos no daban crédito a lo que veía, la verdad un chaval así como el dispuesto a pasar lo que ni el se esperaba.
Allí en pleno monte saque la botellita de agua el jabón y le afeite el vello de sus partes ya que era el único que tenia le cambió la cara enseguida ya que el esperaba que le mandase comérmela follarle unos azotitos y nada mas como piensan la mayorías de lo chavales jóvenes que es ser esclavo y están muy equivocados.

Una vez afeitado para evitar infecciones le pase bien toda la zona con alcohol que escocía como nada pero tenia que ir aprendiendo que las cosas no son como el quería.
Seguí por torturarle los pezones que por mucho que se los apretaba y estiraba a el cada vez se le ponían mas duros, lo que a mi me hacia pensar que el perro disfrutaba así que seguí por ponerle unas pinzas desde un pezón al otro unidas por una cuerda y lo mismo hice en la parte interior de las piernas y huevos, se las deje puestas mientras yo me quede delante de el observándole y fumándome un cigarrito.
Su cara no era ya la misma que al principio cada vez arrugaba más la cara pero para eso había ido.

Le tape los ojos con un antifaz y cuando menos se lo esperaba sin avisarle tire de la cuerda para quitarle las pinzas de los pezones
Creo que el grito se escucho en la otra punta de la ciudad. Me dio algo de pena así que le destape los ojos por lo menos para que viese lo que le iba haciendo.
Seguido le dije que contara hasta 3 y que a la de 3 tiraría de la cuerda para quitarle de un tirón las pinzas de las piernas unidas a la de los huevos.
Con voz temblorosa el chaval empezó: uno – dos- y antes de decir tres tire y se las quite no os voy a contar los gritos que de su boca salieron, se los toque suavemente como si un masaje le quisiera dar para calmarle pero mientras lo hacia vi que le caían unos lagrimones de la cara.
Que te pasa le pregunte ¿quieres terminarlo? No señor usted lo empieza y usted lo termina
Acojonado me quede de la respuesta pero bueno aquello pintaba bien.
Le solté le di la vuelta agarrando al árbol y le volví a atar.

Inspeccione su culo su agujero en mi vida vi un agujero tan perfecto lastima que era para lo que era pero el lo había pedido.
Toca zurra en el culo primero con la mano bastante tiempo y fuerte como que me dolía a mi la mano y el callaba así que pase a quitarme el cinto y zurrarle bien y el callaba yo pensé joder se me ha ¿muerto o que? Le mire lloraba tenia la cara roja de hacer fuerza pero el no decía basta
Yo pare ya que el culo lo tenia demasiado rojo y marcado por el cinto
Así que opte por soltarle y tumbarle en la hierva boca abajo y como me meaba pues teniéndole en esa postura me puse a mearle entero desde la cabeza hasta los pies
El quieto inmóvil yo me preguntaba para mi mismo:

Quedo para echar un polvo y va a resultar que he encontrado un esclavo joven y de los buenos no te jode
Así que tampoco era cuestión de maltratarle demasiado ya que lo mismo se acojonaba y desaparecería así que le puse de rodillas le mande chuparla bien, el en todo momento estaba súper erecto esa polla le tenia que doler de tenerla tan dura y tanto tiempo le mande ponerse a cuatro patas volví a observar ese agujero con esa piel del culo tan suave y tan dura a la vez y le pregunte estas muy caliente perrito estas pidiendo a gritos que te folle ¿verdad?

Si amo contestó
Pues te vas a vestir eso lo dejaremos para el próximo día
Se le quedó una cara como de sorpresa y desilusión ya que el buscaba desde el principio un activo había pasado por todo lo que yo había decidido y se iba con el culo sin penetrar como había venido.

Nos montamos en el coche y él al sentarse se iba moviendo continuamente se ve que el culo le dolía demasiado
Tanto se movió que cuando se marcho le pregunte por vernos otra vez y el me decía que si amo pero que le dejase recuperarse que para ser la primera vez llevaba el culo destrozado.
Se bajo del coche yo le mire como se marchaba y se le veía andar mal quizás me pase con el culo pero había que marcar el territorio y dejarle claro quien era el amo y quien el esclavo y que esto o se hacia bien o no se hacia.

Me marche para mi casa y según iba para casa vi en el asiento la cartera del chaval
Se le había salido del bolsillo tanto moverse
Primero pensé en volver para dársela pero luego dije:
Déjale esto es un motivo para que vuelva fijo. Lo mejor de todo es que ese chaval al día siguiente se conecto nos pusimos hablar un rato y ……………(en el próximo os lo cuento)

esclavo ian

Como todos los viernes, Ian se había preparado adecuadamente para la cita. Muy temprano por la mañana, antes de ir a la Facultad, había ido al gimnasio. Al volver de la Universidad se había duchado y luego cenado. Se había ceñido su traje de baño negro de competición, muy ajustado, y se había puestos las esclavas en cada tobillo. Cuando ya eran las 9 de la noche había partido rumbo a la casa de la cita. El Radio Taxi cubrió en un tiempo prudente la distancia entre la residencia ubicada en la zona alejada al Lago, del centro de la ciudad. Unos 40 Km. La Casa estaba al centro de una hermosa estancia, a la que se accedía atravesando una reja de hierro y pasando por una gran alameda de árboles, que estaban botando sus hojas, pues el otoño ya estaba en ellos.

Entró por la puerta de servicios de la casa, exactamente cuando eran las 21:35 horas y vio que allí estaba el muchacho de pelo negro que él conocía como “el Perro”. Sin saludarse y sabiendo muy bien su libreto, Ian se dirigió a la habitación ubicada en el primer piso al lado de la cocina, donde se quitó la ropa quedando sólo con el bañador. Lo mismo hizo “El Perro”, que lo estaba esperando para realizar juntos la tarea. El Perro era menor un año que Ian, que tenía 18 años, pero casi no había diferencias en el físico de ambos, salvo, quizás, porque Ian era rubio y nadador, por lo que tenía un cuerpo más trabajado y armónico. El Perro tenía anillas en ambos pezones de las tetillas, y en el ombligo, cosa que Ian no la poseía. Cuando ambos tuvieron descalzos y sólo vestidos con el bañador negro avanzaron sincrónicamente, uno al lado del otro hasta el salón de la residencia, donde estaba el Señor de la Casa. Este era un hombre de unos 36 años, rubio, alto, atlético, vestido completamente de cuero, que portaba una fusta en su mano y calzaba gruesas botas de cuero con puntas de Acero.

Su aspecto era temible. Al verlo, ambos muchachos se pusieron de hinojos y apoyando sus manos en el suelo, llevaron sus cabezas hasta que tocaron el parquet del salón. El Amo no lo saludó, sólo se acercó y puso su bota sobre cada cabeza, uno primero y luego el otro. “De rodillas”, les gritó, y los esclavos le hicieron de inmediato caso. El Amo se acercó a un armario, sacó una caja, la abrió sobre una mesita y de allí sacó sendos collares de cuero con remaches de hierro que puso en el cuello de cada esclavo, lo mismo que muñequeras y tobilleras. Saco cadenas y las colgó de los prendedores que habían en los collares del cuello y los hizo avanzar en cuatro patas por la estancia, hasta bajar hacia el calabozo ubicado en el subsuelo de la casa. Al llegar en él, Ian fue atado por pies y manos e una gran “x” de madera. El Perro se puso de pie y sirvió de auxiliar para el Amo en el tormento que ahora iba a empezar el rubio esclavo, que fue amordazado severamente.

El Amo preparó el instrumental y procedió a iniciar la tortura: cogió una gran aguja de acero y la calentó con un soplete de oxígeno hasta que la aguja estuvo roja. Cuando así estuvo, cogió el pezón de la tetilla derecha y lo atravesó con la aguja, provocando el estremecimiento y el sudor frío en el sufriente esclavo adolescente. Repaso unas tres veces el agujero y luego instaló una anilla calentada en el mismo soplete, que se instaló utilizando el agujero perforado en la tetilla y sellada cuando aún estaba caliente con uno fino alicate. El rostro dolorido y extenuado de Ian no fue freno para el Amo, que sólo dejo descansar por una media hora al esclavo, mientras se entretenía dándole golpes de mano en el culo al Perro, que se mantenía inmóvil frente a Ian. Pasado ese tiempo, soltó a Ian de sus ataduras y ambos esclavos se quitaron el traje de baño, quedando desnudos.

El Amo les instaló correas en la base de los genitales y repaso la afeitada en las bolas de El Perro e Ian, rasurados ambos en la semana que había concluido. Luego les ató las bolas, con una anilla ajustable de metal y cinta, los puso frente a frente, les unió las ataduras de las bolas con una cadena y les obligo a tirar a cada uno en el sentido contrario del otro. Ian aún seguía con la mordaza, pero el Perro no tenía, por lo que se quejaba del dolor que ello le provocaba. Ambos muchachos hacían el mejor esfuerzo, mientras El Amo los azuzaba con su fusta, dando golpes en espalda y las propias bolas, que estaban rojas e inflamadas por la presión. La escena era salvaje, con los muchachos gimiendo por el dolor, sudorosos por el esfuerzo, controlándose para no gritar, con un Amo severo exigiéndoles al máximo, hasta llegar al culmine cuando Ian cede y ambos muchachos caen sobre el suelo, unidos por sus ataduras. Permanecen unos 20 minutos en el suelo, botados como bultos, cansados por el esfuerzo y humillados por la prueba. El Amo los libera de su unión, pero les pone otras, en los pies. Junta las ataduras de los pies y los iza en una viga.

Así permanecen casi una hora, mientras el Amo los azota. Insulta y orina sobre sus rostros. Ambos muchachos se sofocan, por la sangre que llega a su cerebro y por los golpes que les aplica el Amo. Ya es la madrugada del sábado cuando ambos esclavos son descolgados y obligados a ducharse. Ello los ayuda a recuperar fuerzas y desentumecer sus doloridos miembros. Pero la noche no ha terminado El Amo tiene otra sorpresa para sus esclavos. Hace que cada uno se ponga en cuclillas uno frente al otro, pero previamente les ha instalado un consolador en el culo, de unos 10 cm de largo, que tiene cátodos en su extremo y costado. Ellos están unidos a una fuente de poder que el Amo controla manualmente. El Amo comienza a darle las descargas, suavemente al principio, que parecen como pequeñas puntadas de alfiler a los jóvenes esclavos, que están en la punta de los pies, con las manos en la nuca. Pero cada vez aumenta la descarga, ya es un cosquilleo y es dolorosa y más larga.

La tercera los hace remecer. La cuarta los desestabiliza. La quinta hace que aprieten dientes. Un sudor frío los recorre. Están excitados, pero vienen más, de más duración y voltajes. El Amo los incita a aguantar, los insulta y aumenta el voltaje, la frecuencia y el tiempo. Ya el dolor se hace insoportable. Las descargas los recorren completamente, desde el culo, hasta los pies y la cabeza. Sigue y sigue, casi sin detenerse. Viene otra, más fuerte, Ian cae, adolorido y estremecido y lleva sus manos hacia su polla que esta tiesa, se corre en un a mezcla de placer dolor incontenible. El Perro aguanta. Esa noche, Ian es atado por pies y manos e introducido en una jaula, que está al fondo del calabozo, no se puede mover por cuatro largas horas. El Perro, en premio a su obediencia, dormirá con el Amo. A las 8 de la mañana, el Perro, sin saludar, desata a Ian y le pasa un sobre sellado con la firma del Amo que dice “Nos vemos el próximo Viernes, No abrir hasta esa fecha”.

Lastimosamente, casi a gatas, entumecido, acalambrado y adolorido, Ian se ducha y tarda casi una hora en recuperar su movilidad. Se vista y se marcha

La sesión ha terminado.
Soy un pobre esclavo de tu grandeza,
dejo mis huellas en cada centímetro de tu piel;

Cuando tu por mandato me lo exiges.

Recorro con mi lengua erguida
cada parte de tu cuerpo que es mío,
como lo es el mío totalmente tuyo.

Para ser desgarrado por tus besos lentamente,
y cada noche te haré el amor hasta agotarte
quedándote empapado por mi sudor. Al igual que yo terminare agotado por satisfacerte.

El agua caía muy lentamente,
sobre nuestros cuerpos desnudos,
aún lo sigo sintiendo.

Siento tus besos,
esos besos que comenzaban suaves,
pero que, al aumentar nuestro deseo,
se hacían cada vez mas profundos.

Recuerdo tus manos,
esas manos que sabían como y donde acariciar,
como hacer que mi cuerpo ardiera en llamas,
esas manos que bajo la lluvia,
recorrían cada centímetro de mi cuerpo,
iban y venían, subían y bajaban...

Recorrían mi cara,
pasaban por mi cuello,
mis hombros,
por mi pecho,
se estacionaban unos instantes en mi cintura,
mientras tus labios me besaban,
mientras mis manos,
acariciaban tus brazos, tu espalda mojada.

Continuaban su camino,
una y otra vez...

Aun siento,
como mi cuerpo quedaba capturado
entre tu pecho y la pared.

Tus manos acariciando y presionando mis piernas,
que colgaban en el aire,
apoyadas en tus caderas, sostenidas por tus manos...

Mi amor,
que bello sera...
La noche que
me hagas tuyo...

¡Bajo la lluvia de la ducha!

una noche de cena

Esta semana teníamos el sábado cena mi amo y yo en plan amigos
Que todo no iba a ser obedecer y sufrir todo tiene siempre un momento bueno.
Llego el sábado fui a buscarle a donde aviamos quedado, transcurrió normal el típico paseo, conversaciones, bares etc.

Cuando llegó la hora de la cena me llevo a un restaurante bastante bueno a juzgar por lo que comimos debió de pagar una buena factura
Ya se que me diréis que mal pensado eres pero yo en ese momento pensé ( bufff ya te lo cobrara de alguna manera)
Cuando terminamos de cenar fuimos a dar una vuelta por los sitios de siempre pub discos etc. Todo iba genial incluso vi a mi hermano con sus amigos en una disco.
Estábamos en la típica esquina de la barra oscura pero no muy lejos de la pista de baile.
Estuve con mi hermano sus colegas luego me fui a la barra donde esperaba mi amo tomando un cuba.

Estaba un poco excitado me andaba sobando el culo por encima del vaquero se me acercaba mucho y esas cosas, la verdad que me sobaba por encima del vaquero y de los bóxer ya que eso es fácil pues yo siempre llevo los vaqueros caídos.
Ya se puso como muy excitado hablándome al oído mordiéndome el cuello pero a la vez note que su mano se introducía por debajo de mis bóxer eso me puso cachondisimo era un morbazo súper fuerte pero tenia miedo de que alguien le viese además mi hermano y sus amigos no andaban lejos.
Sin decir nada siguió con su mano por debajo de mi bóxer y jugando con sus dedos cada vez mas cerca de mi ano, hasta el punto que ¡¡¡JODER!!!! Me estaba metiendo los dedos allí mismo en la esquina de la barra.

Realmente lo pase mal también fue un morbazo como nunca, espero que nadie se diese cuenta de lo que allí había pasado.
Desde ese momento yo supe que esa noche me esperaba algo fuerte, estaba claro después de lo que acababa de pasar.
Nos marchamos de allí me dijo que nos íbamos para su casa y como esta claro yo dije que si (no iba a negarme)
De camino a su casa íbamos hablando pero ya no me llamaba por mi nombre si no que se dirigía a mí como perro agarrándome del brazo con fuerza.
Antes de que pasase nada me dijo.

Hoy te as superado perro estas tremendo como me tienes cabrón
Me alegro de gustarle hoy señor (le conteste)
A lo que el respondió
No te alegres tanto que me has puesto a mil
Según íbamos para su casa mi amo vio un portal abierto y no lo dudo, no dijo nada pero solo le bastó con agarrarme del brazo meterme en ese portal.
Me empujo hacia la pared me puso mirando a la pared sujetándome del cuello para que no me moviese.
Tiro del pantalón para abajo me lo dejo por las rodillas y lo mismo hizo con el bóxer dejándome el culo al aire.

Yo estaba entre excitado y nervioso por la situación por que en cualquier momento pida pasar alguien por la calle y vernos o bajar algún vecino cualquier cosa podía pasar.
Tampoco dimos mucho tiempo fue dejarme el culo al aire me dio un azote de los que hacen historia dejándome los cinco dedos marcados, me abrió de piernas, saco su polla y sin buscar ni prepararlo empujo hasta que sus huevos dieron en mi culo,
Dios lo que me pudo doler fueron unas embestidas con toda su fuerza (no fueron muchas) estaba muy excitado lo que hizo que se corriese enseguida.
Cuando estuvo apunto de correrse la sacó me tiro al suelo me obligó abrir la boca metió su polla se corrió y de que manera madre mía su leche me llegaba a la garganta.

Cuando termino de correrse me cerro la boca y con un gesto hizo que me la tragara (yo estaba empalmadisimo) pero cuando la trague me dijo viste zorra que nos vamos, así lo hice joder me avía dejado con el calentón iba por la calle empalmado no había forma de que se me bajase.
Cuando llegamos a su casa nada mas entrar me ordeno bajarme los vaqueros y los bóxer y que me quedase quieto, el se fue a un armario saco de un cajón un candado pequeño se acerco a mi me lo puso en los huevos lo cerró me mando vestirme y me dijo
Pírate para casa mañana me llamas y ya te lo quitare, cuando me disponía a irme me dijo:
Que no se te ocurra tocarte quiero que mañana vengas bien cargadito.
Me fui a mi casa y yo iba pensando (que importancia tendría el pajearme o no si yo recupero bien enseguida) pero bueno como siempre yo obedecí pero claro no fue al día siguiente fue a los dos días cuando me llamo para quitarme el candado y claro estar cargado con los huevos apretados por el candado supone un dolor añadido que no esperaba, esa era la lógica de que me mandase no correrme.

Como siempre sales con unos planes que al final se van transformando y ocurren cosas que en principio no esperas pero que de alguna manera por el transcurrir de la noche te las vas esperando, pero desde luego para mi lo mejor de la noche fue el momento dedos en el bar ese morbo de que me metiese los dedos en el culo en el local con gente con mi hermano y sus amigos allí eso no lo he vuelto asentir fue insuperable.

Pero como siempre he dicho me gustase o no me gustase para eso estaba para que el lo pasase bien y para hacer lo que el mandase cuando y donde el decidiese.