miércoles, 2 de enero de 2008

Violacion brutal

Mi nombre es christian, soy un chico de 20 años y vivo en Vizcaya, aunque esta historia me sucedió cuando acababa de cumplir los 18 años.

Vivía en un pueblo de las afueras de la ciudad, y como suele pasar en este tipo de barrios, estábamos bastante acostumbrados a convivir con atracos y cosas así, sobretodo desde que hacía unos años, estaban llegando al barrio gran cantidad de grupos de inmigrantes sin trabajo, que se veían obligados a sacar dinero de donde podían.

El curso había acabado una semana antes, y esa noche era la fiesta de fin de curso, De manera que fui a la fiesta y me divertí mucho con mis amigos, hasta que se hicieron las 7.45 AM y tuve que despedirme para volver a casa.

Mi casa y el colegio, donde era la fiesta, estaban separados por una larga avenida por la que no solía pasar casi nadie, y menos por las noches, y que a ambos lados daba a unos campos llenos de matorrales en los que no había gran cosa. Así que volví a mi casa por esa avenida, como siempre. A mitad de camino, puede ver que en uno de los bancos públicos de esa calle había un gran grupo de inmigrantes, cuando pasé por su lado noté que el tono en el que estaban hablando subía notablemente y que se me quedaban mirando, aunque no pude entender nada, puesto que hablaban en su idioma.

He de decir que en aquel entonces yo era un chico bastante guapete, delgado, rubio con el pelo corto y unos ojos azules. Como iba diciendo, me extrañó un poco esa reacción cuando pasé por su lado, pero seguí caminando sin darle mucha importancia.
Sin embargo, un par de minutos después oí gente hablando detrás de mí en el mismo idioma que no entendía, giré disimuladamente la cabeza y pude ver que el grupo de inmigrantes del banco se habían levantado y me estaban siguiendo.

Yo me asusté un poco, porque serían unos 8, y pensé que me iban a robar, así que no tendría ninguna posibilidad de evitarlo siendo tantos. Aceleré mis pasos sin llegar a correr, tampoco quería parecer alarmado, pero por lo que oía cada vez estaban más cerca de mí. Seguí andando cada vez a más velocidad hasta que vi en suelo una sombra detrás de mí y pude sentir una mano que agarraba mi brazo para que me diera la vuelta.
Como no tenía posibilidad alguna de librarme de aquello me giré con el corazón latiendo a mil por hora y me hallé en frente de 8 inmigrantes que me miraban sonriéndose. Pude ver que eran bastante jóvenes. El más mayor tendría unos 22 años, y había alguno que no aparentaba más de 18.

Di por sentado que no tendrían trabajo ni dinero, y que aprovecharían para robarme todo lo que llevara de valor, pero estaba muy equivocado. El que me había cogido del brazo, que parecía algo así como el cabecilla les dijo algo a los demás, y éstos al parecer obedeciendo me rodearon y me cogieron por los dos brazos. Ahora sí que estaba asustado de verdad, para robarme no hacía falta que se me echaran encima.
De repente el cabecilla les dijo otra cosa y una mano tapó fuertemente mi boca impidiendo que pidiera cualquier tipo de ayuda mientras todos los demás me empujaron hacia un lado de la avenida, sacando del camino y metiéndome en los campos de matorrales. Ya en los campos, donde aunque pudiera gritar nadie me oiría, siguieron empujándome, obligándome a caminar como podía entre tropezones, fruto del miedo que estaba pasando y de los empujones que me daban.

Entonces empezó a pasarme de todo por la cabeza, que me iban a secuestrar y a pedir un rescate a mi familia e incluso que iban a matarme, algo ilógico, pero en esos momentos se te pasa de todo por la cabeza. Pero supongo que a mis 18 años recién cumplidos era demasiado inocente e ignorante para que se me pasara por la cabeza lo que realmente iban a hacerme.
Tras caminar un rato llegamos a una especie de choza y entramos. Me di cuenta enseguida de que ese era el sitio donde dormían y comían, ya que en el suelo había 5 o 6 colchones tirados y bastantes desperdicios. Cuando estábamos todos dentro cerraron bien la puerta y la aseguraron atrancándola con unas tablas de maderas cruzadas.
Entonces me tiraron de un fuerte empujón encima de uno de los colchones. Yo me giré y pude ver como me miraban los 8 mientras se reían, la cosa estaba cada vez más fea.
Se pusieron a hablar entre ellos unos minutos que se me hicieron eternos, mientras yo los pude ver uno a uno.

Cuando por fin dejaron de hablar uno de ellos se acercó a una esquina y cogió un trozo de cuerda que había en el suelo. Yo enseguida supe que era para atarme, y así fue.
Vino otro y me cogió las manos. Me obligó a pasarlas por detrás de la espalda, aunque yo me resistí bastante, pero sus empujones eran fuertes. Cuando ya las tenía juntas el otro me las ató tan fuerte que creía que me iba a romper las muñecas. Nuevamente se retiraron y se me quedaron mirando mientras comentaban algo. Fue entonces cuando realmente empezó su diversion.
3 de ellos, lo mas jóvenes, que como he dicho antes no aparentaban mas de 18 años se me tiraron encima violentamente y me arrancaron de un tirón la camiseta que llevaba. Yo pegué un grito debido al dolor que sentí y al susto.
Mientras uno se dedicaba a sobarme los pezones y el cuello, los otros dos se dedicaron a quitarme el cinturón y bajarme los pantalones. Una vez estuve en calzoncillos empezaron a sobarme las piernas hasta que el que parecía el más joven de todos me cogió por la goma de mi boxer y tiró de ella hacia arriba hasta arrancármela. Ahora sí estaba completamente desnudo y a merced de esos ocho salvajes.

Antes de que pudiera asimilar la situación uno de los 3 chicos que tenía encima ya tenía su mano sobando mis huevos, sin un solo rastro de velloya que de siempre me depilado , otro me sobaba el culo, y el otro me estaba dando un morreo alucinante, ya que noté su lengua casi en mi garganta.
El cabecilla del grupo volvió a hablar, para decirle algo a los 3 que yo tenía encima, y estos al oirle se apartaron, me dejaron y se unieron a los otros 5. En cuanto mi boca quedó libre de la lengua de aquel chaval cogí todo el aire que mi miedo me dejó y chillé con todas mis fuerzas, esperando que alguien me oyese y viniera a rescatarme.

Pero no fue así, lo único que conseguí fue una hostia en mi cara que me quito las ganas de gritar en un momento, el cabecilla se bajó sus pantalones y se quitó sus calzoncillos.
Me quedé completamente horrorizado al ver el tamaño de aquella polla. Debía medir al menos 20cm , y además tenía un grosor espeluznante. Yo a mis 18 años ya tenia mi experiencia pero aquel pollon superaba lo visto asta ese momento, Por eso aquello me pareció de otro mundo, y no quería ni pensar el daño que podrían hacerme esos animales con herramientas como esa. Por eso entonces saqué fuerzas de donde pude y grité aún más fuerte, pero mis gritos pronto fueron acallados.
El cabecilla se acercó a mi y me cogió fuertemente por el pelo. Puso mi boca a la altura de su increíble polla que estaba como una piedra de dura y empezó a gritarme.
Era obvio que quería que se la comiera, pero claro, cerré la boca con todas mis fuerzas para que no pudiese meterme ese cacharro. Volvió a gritarme una vez más, ahora más fuerte, y como yo seguía igual, me pegó una bofetada tan fuerte que me tiró hacia un lado del colchón. Sin duda jamás me habían pegado tan fuerte y eso me horrorizó aún más. Se agachó y volvió a cogerme del pelo obligándome a incorporarme de nuevo y poniéndome otra vez la boca a la altura de su miembro.

Me volvió a gritar, y esta vez no quise recibir una bofetada de nuevo, así que con resignación abrí mi boca tanto como pude y ese cabrón me metió su pedazo de carne hasta la garganta de un golpe. Casi me ahogo, pero os aseguro que con 20 cms de polla en la boca no tienes ni la oportunidad de toser, así que pasé el mal trago como pude y aquel hombre empezó a follarse mi boca.
Me tenía garrado del pelo fuertemente y con las dos manos. Me hacía un daño brutal porque sentía que me iba a arrancar el cabello, aunque en esos momentos el pelo me preocupaba menos que mi boca.
Me la follaba a una velocidad descomunal, sacaba casi todo su miembro y de un fuerte empujón volvía a metérmelo entero, cada vez que hacía esto, sus cojones gordos y peludos golpeaban mi barbilla.
Pude ver que los demás se estaban riendo mientras contemplaban la escena, algunos incluso se estaban haciendo un pajote pensando en la hora de que llegase su turno para divertirse conmigo, y por lo que pude ver sus pollas no eran menores que la que yo estaba mamando en esos momentos.

Estuve tragándome aquella polla alrededor de 5 minutos, hasta que aquel hombre decidió cederle el turno de mi boca a otro. Se acercaron los 8 a mí y uno de los jovencitos que antes me había desnudado me metió su polla en la boca sin piedad, obligándome a comérmela enterita.
Mientras, el primero al que se la había mamado, con la ayuda de los otros me cogieron de la cintura y me hicieron ponerme a 4 patas por la fuerza. A esas alturas ya sabía lo que me esperaba, pero toda resistencia sería inútil, así que decidí obedecer en todo para que aquello acabase cuanto antes.
Mientras me esforzaba por no ahogarme con la polla que me follaba la boca, sentí algo gordo y caliente a la entrada de mi virgen culo.

continuara......

1 comentario:

Kasuky dijo...

wahooo primera vez que leo algo tan atros si fue verdad es demasiado horrible para imaginárselo de verdad es horrible